
El 20 de junio de 1811, Francisco Antonio de Zela dirigió el primer levantamiento por la independencia del Perú. Desde su casa en Tacna, reunió a criollos, mestizos e indígenas que también deseaban la libertad del país. Ese día, al grito de “¡Viva la libertad!”, marcharon hacia el cuartel de la ciudad y tomaron el control.
El levantamiento de Zela no fue un acto aislado. Él tenía esperanzas de coordinarse con el ejército de Manuel Belgrano, que venía desde el Alto Perú con intención de liberar el sur del continente del dominio español. Zela pensó que Tacna podía ser el inicio de una gran revolución.
Sin embargo, apenas cinco días después, las noticias fueron desalentadoras: el ejército de Belgrano fue vencido en la batalla de Guaqui. Al enterarse, los realistas reaccionaron rápidamente. Las tropas virreinales recuperaron Tacna y capturaron a los líderes del alzamiento.
Francisco Antonio de Zela fue arrestado y enviado primero a la cárcel del Callao y luego deportado a Panamá, donde pasaría sus últimos años en prisión.
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